miércoles, 15 de junio de 2011

LA ALCALDESA QUE NO LE DEBÍA NADA A NADIE

El discurso que pronunció la alcaldesa el pasado 11 de junio, plagado de afirmaciones cuestionables, cuando no directamente rechazables, augura un nuevo periodo nada positivo para el debate político en Fuente Obejuna y para la integración efectiva de la sociedad mellariense en el proyecto de su ayuntamiento.
Tras ser elegida alcaldesa por el Pleno Municipal en su primera sesión de la nieva legislatura, Isabel Cabezas soltó la primera perla al inicio de su discurso, enfatizando por dos veces que “no le debemos nada a nadie”. Y es que una persona tan autosuficiente como ella, se lo cree. Y subraya y repite sus palabras como si así lograran ser verdad para quienes la escuchan.
Pues no, mire, le debe usted a Paco Romero que le regalara la alcaldía hace cuatro años y, al parecer, no le firmó el albarán de entrega hasta pasados los ocho meses. ¿O es que logró entonces el PP la mayoría absoluta? Pues no, ni la relativa. Y en coalición desbancaron al PSOE, que sí obtuvo esa mayoría. Pero qué lástima que Vd. no se diera cuenta entonces de lo incorrecto de esa decisión y haya tardado cuatro años en comprender y anunciar, como dijo el sábado, que lo adecuado es que gobierne la lista más votada. Cuando era el PSOE, no y cuando es el PP, sí. Ecuanimidad y coherencia la de la persona que nos representa y la del partido que nos va a gobernar. Aún así, entonces lo consiguió con un pacto más o menos formal y de cuya existencia se tuvo conocimiento público.
Pero ahora tiene que callarse lo sucedido, aunque lo sepa todo el mundo. Para empezar, se le olvida que todos le debemos a cada uno de nuestros votantes el apoyo que nos han prestado. Vd, que es la que más ha obtenido, más tiene que agradecer. Y después, aunque no lo acepte, ha tenido una buena ayudita, conseguida tras dividir al grupo del PA (procurando, de paso, descabezar la estructura de este partido en el municipio). Este hecho sí que es lo realmente grave, porque socava la confianza de la ciudadanía en quienes los representan.
Aunque a Vd. parezca no importarle mucho, un alcalde o un concejal no pueden ignorar, ni permitir, ni auspiciar, ni mucho menos participar en un tamayazo, de cuyo alcance iremos teniendo conocimiento pronto.
¿Con estos principios, cómo podrán ser los finales? Al menos, nos va a tener enfrente, reprobándole cada despropósito.

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